Romería del Niño de los Cachitos

Para los habitantes de San Javier estaba previsto que si llovía el Niño de los Cachitos, no saldría por las calles, luego de la misa del jueves 2 en la noche, y aunque en San Felipe llovió en San Javier no, y por supuesto que la romería salió, por muy poquitas calles, pero salió.
La misa ofrecida por el párroco Miguel Vargas, no estuvo muy concurrida, y a su culminación se fue agolpando la gente en la puerta de la iglesia y con los cantos del grupo Luango con Miguel Ángel Castillo, Xiomara Coll, Miguel Ángel Castillo Coll, Sergio Meza, Fernando Rodríguez y Cesar Barrios junto a los cantores del pueblo como Franyer Mendoza; Aníbal Chirinos y Jesús Suarez, como maraqueros, Juan Josa López, Francisco Cordero como cacheros; en la tambora, Faustino Cardona; Santos Hernández en el cuatro; José Antonio Ramírez, cantor, Ali Flores, en la tambora; en la charrasca, Carmen Suarez, en la campana, Emilia Mendoza y como ayero, Ceferino Linarez, se armo la parranda.

Y se armo la romería con cantos como“En el medio viene / el niño Jesús / trayendo en sus sienes / rayitos de luz. / Tocando los cachos / salimos ayer / visitando pueblos / desde San Javier. / Todos muy contentos / van a saludar / al divino niño / que está en el altar. / Vamos a Belén / en gran romería /cantándole al niño / con gran alegría”.
Y cantando y cantando, se llego a la capilla. Y por supuesto que con las lluvias de los últimos días no se pinto. Pero en verdad que el repetir las cosas año tras año se hace costumbre.

Ese día en la mañana se pensaba solo sacar a la imagen y devolverla a la iglesia. Pero al mediodía ya había un gran alboroto en el pueblo, las mujeres preparando dulces, guarapita, comprando vasos, fabricando chicha.
Y en la noche los que no fueron a misa se sumaron a la procesión. Y en la capilla que fue arreglada en un ratico, prepararon un altar cuya entrada colocaron un arco del cual colgaron panes. Este altar con sus panes recuerda al que fabricaba el difunto ramón Chirinos en Albarico cuando organizaba el Velorio a la cruz.



Los vecinos, as recogieron flores silvestres y construyeron unos arreglos casi de floristería y colgaron unas bambalinas, colocaron unos cables para la electricidad y allí en la noche luego del recorrido fue colocada la imagen.




El grupo Luango, canto, los niños de un taller que dicta Fernando en San Felipe se sumaron con unos aguinaldos y llego la Vencedora de Guama con Salves, tonos y Decimas al Niño.
Y también llego una guarapita de lo más sabrosa y conservitas, tortas. La imagen fue devuelta al otro día.
Esta tradición está contemplada como Bien cultural de Yaracuy y además es un Colectivo de tradición. Nadie en el pueblo sabe cuando comenzó.
Lo que sí es cierto es que en este año sacaron como acompañante del conjunto musical un chineco. El mismo que describe Angelina Pollak-Eltz en su libro sobre Instrumentos musicales además con dibujos y que figura en un afiche de lo que fuera el Archivo nacional del folklore. Ella expresa que ““está hecho con un palo de 198 centímetros de largo. En la parte superior, en un largo de 52 centímetros la madera ha sido recuadrada y sobre la misma aparecen clavadas unas medias lunas de lata y sobre la misma aparecen clavadas unas medias lunas de lata de las cuales penden sujetos por finos alambres unos recortes cuadrados también de lata de dos centímetros aproximadamente de ancho y un poco mas de largo. Entre unos y otros colgantes lleva atadas largas cintas de diversos colores.”

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