Noris Ugueto:”La danza es la vida”

Yo soy Joaquín, fue galardonada este miércoles en Caracas con el Premio en danza que otorga el Ministerio del Poder Popular para la Cultura y que recibió Poy Márquez y sobre el particular dice Noris Ugueto, actual directora del grupo luego de la muerte en el 2004 de Carlos Orta, que “ojala sirva para reconocer nuestro trabajo, para nosotros es difícil trabajar queremos que se nos incluye en todo ese trabajo que se esta haciendo en el interior”.
Ugueto, quien durante 20 años fuera bailarina del Retablo de maravillas transformado luego en Danzas Venezuela, con dirección de Yolanda Moreno, agrega que carecen de un espacio propio y ahora trabajan en el Centro de la Diversidad, allí funcionan como una escuela e imparten clases a 50 niñas,os de parte de los bailarines del elenco profesional, que al igual que la mayoría no pueden dedicarse a tiempo completo a la danza.

Desde el principio hacen clases abierta para el público y piensa que la danza no es solo para bailar, sino que es una herramienta para la vida.
Agrega, que de allí han salido cinco generaciones, ya algunos dirigen otros están fuera del país y a lo largo de 27 años aproximadamente permanecen en repertorio unas 33 obras solo de Carlos Orta, otras de Roxanne D´ Orleans.



PREMIO EN DANZA ENTREGADO EL MIERCOLESSobre las tablas los ocho bailarines, as en varias escenas le dan vida a la historia de Joaquin Murrieta, la danza galardonada correspondiente a los premios del año 2008.
Esta danza, está basada en el texto teatral de Pablo Neruda, Fulgor y muerte de Joaquín Murieta, que data de 1967 y explica Noris Ugueto, fundadora del conjunto dancístico, que allí el poeta reivindica para Chile la figura de Joaquín.
En ella participan los bailarines, as Terry Springer, Poy Márquez, Carolina Avendaño, como solista, Georgianna Abreu, Natalia Molina, Alexandra Trejo, Nayibe Berroteran, Germán Ramírez, Alfredo Oliva

Yo soy Joaquín, narra los efectos producidos entre los desheredados chilenos por el hallazgo de oro en California. Entre los que embarcan hacia California, inducidos por los tentadores, se encuentra Murieta, que en el segundo episodio, durante la travesía, conoce y se une a Teresa. Ninguno de estos dos personajes, protagonistas de la historia, aparece nunca en escena, sino que sólo se oyen sus voces, y en algún momento también se ve la sombra de Murieta.
En San Francisco nace muy pronto cierta hostilidad contra los chilenos, aunque no solamente contra ellos, sino contra todos los extranjeros, y especialmente de color. Por ello los Galgos, o norteamericanos, capitaneados por “Un Caballero Tramposo”, personificación del Tío Sam se disponen a acabar con los chilenos y los mexicanos, a los que tildan de "Indios y mestizos", y a los cuales se proponen mandar al diablo, quemarlos y ahorcarlos, ya que sólo ha de imperar la raza blanca, la de "Los Galgos Rubios de California".
En uno de los linchamientos organizado por este grupo de encapuchados, en ausencia de Murieta, Teresa es violada y muerta, después de lo cual Murieta "juró estremecido matar y morir persiguiendo al injusto, protegiendo al caído / y es así como nace un bandido que el amor y el honor condujeron un día / a encontrar el dolor y perder la alegría". A partir de este momento, Murieta se convierte en el romántico bandido vengador al que se unen todos los desesperados víctimas de la injusticia.
Murieta robará a los ricos para dárselo a los pobres, pero los encapuchados tejen a su alrededor una leyenda de violencia indiscriminada, consiguiendo al final matarle una tarde en que "fue a dejar flores a su esposa muerta", cortándole después la cabeza para que no resucitara o le hicieran resucitar los suyos, que se contentan con robar dicha cabeza y enterrarla en la tumba de Teresa, mientras la cabeza habla y dice, entre otras cosas: "De tanto amar llegué a tanta tristeza, / de tanto combatir fui destruido / y ahora entre las manos de Teresa / dormirá la cabeza de un bandido. / ... / Pero como sabrán los venideros, / entre la niebla, la verdad desnuda / de aquí a cien años, pido, compañeros, / que cante para mí Pablo Neruda".
Completan la obra tres canciones de agitación, varias ilustraciones documentales de la época y un fragmento del libro Chilenos en California (1930) de Roberto Hernández.
Un vestuario muy sencillo en banco y crema y unos garrotes, un lenguaje corporal sobrio, elegante, una puesta en escena para redimir a los humildes, son los atributos que le valieron para otorgársele el premio
LA DIVA DE LOS PIES DESCALZOS


La primera pieza, fue Los pies desnudos (1995), también de Orta que está conformada por cinco canciones de Cesaria Evora, llamada “La diva de los pies descalzos” de Cabo Verde, África. Camino a Santo Tomé (Bailarines: Carolina Avendaño, Terry Springer, Natalia Molina), Angola (Bailarines: Carolina Avendaño, Terry Springer, Alexandra Trejo, Georgianna Abreu, Natalia Molina., fueron algunos de los temas musicales.
La pieza es un homenaje a África a través de la voz de Evora y Ugueto, quien proviene de la danza nacionalista agrega que lo contemporáneo necesita un trabajo técnico muy puntual mucho más que lo nacionalista, tiene que ver con el trabajo del cuerpo y el espíritu” hay que bailar con el sentimiento de lo que somos” nosotros partimos de lo que somos"2Bdesnudos9.JPG">


Y sobre la mezcla de lo nacionalista con contemporáneo señala que en 1983, no había mezcla y desde la compañía “empezamos a trabajar en Perfil, una pieza con música de Willy Colon y mezclamos tambor, boleros, danzones con lo contemporáneo” Carlos contaba historias sobre la música, por ejemplo con pasos de mambo, guarachas”
Corearte, se presento por primera vez en San Felipe.

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